7.8.15

Qué bien.

Aquí ando, con todo mi jaleo de conmigo mismas y mis personas, con un batiburrillo de pensamientos entrelazados que me tienen en plan Spiderman, como diría Littlefoot, subiéndome por las paredes.

Que ciertos pasos dados te hacen salirte de la senda prevista y te muestran un horizonte diferente, incierto, misterioso. Y esa sensación ahora mismo me da subidón.

Y es un subidón tonto, uno que puede acabar en tortazo a gran escala, pero que en estos momentos deshojo con la curiosidad de una niña abriendo el regalo de Reyes. Que será, será...

Y no contaba con ello, pero oye, qué bien me ha venido. Aunque atisbe una conclusión catastrófica, ahora mismo, en este preciso instante, me hace sentir muy viva, con qué poco. Y qué bien.

Porque eso es lo único importante, tener la certeza que puedes empezar tantas veces como desees. Y que siempre siempre siempre puedes toparte con MUY gratas sorpresas.







PD. Y si ya, como guinda, consigo una foto con el Sr Mikel Izal... pa´ qué pa´qué...