25.4.12

¿Qué buscas?



[...]

-.¿Lo de la media naranja iba por mi?

-.¿Qué buscas?

Me preguntas, con picardía, con cierta curiosidad por conocer una visión alternativa a la tuya.
Y te ríes ante mi respuesta. Respuesta que abarca demasiado.

-. Yo ya creo que eso ni existe...y menos en estos tiempos. He dejado de creer.
Para ser "feliz" hacen falta muchos factores.
Y vuelvo a lo mismo... mi ideal, lo que yo pensaba que era lo idóneo, dista mucho de lo que veo por todas partes.
Todos parecemos ir cortados por el mismo patrón.
La palabra es desesperanza.
Ahora me dejo llevar, pero he dejado de creer.
Y por ahora nadie me ha demostrado que me equivoco.
Yo no busco complicaciones, busco intensidad.
O será que ya he llegado al súmmum, aunque haya sido en un muy corto espacio de tiempo, y ahora me parece todo light.
Y quiero más y más... no lo tengo... me indigno... y al mismo tiempo tiro la toalla.
Busco creer y no creo. Lo que pido no lo tengo.
Tengo mi visión de lo que creo que debe ser. Y eso, claro, no existe.
El puto príncipe azul... con menos cursilería y sobredosis de sexo.
Pero... el PUTO PRÍNCIPE AZUL!!!
El AMOR con mayúsculas.



-. Hablas del Santo Grial. Eso no existe así tal y como lo entendemos.
Existe, pero son momentos.
Mira, la felicidad es como una mariposa, que mientras vives, se apoya en tu hombro y mira lo que haces... De repente te das cuenta, y te parece precioso. Así que nuestra idea es apresarla, para que nunca se vaya. Para que siempre esté ahí acompañándote.
Y entonces tenemos 2 opciones:
* La gente como tú le pega un zarpazo.Y una de dos, o la matas o la dejas mal herida.
* La gente como yo, la caza delicadamente y la mete en un bote. Pero la mariposa deja de tener el esplendor y la belleza que te cautivó cuando se apoyaba en el hombro a observar lo que hacíamos. Y desgraciamos la felicidad.

La auténtica felicidad se vive en momentos, en ciertos instantes.
Cuando menos te lo esperas, la ves apoyada en el hombro.
Y tienes que disfrutar mientras está. Pero entendiendo que es libre, y que es así su estado natural y lo que nos hace sentir felices.

Joder, qué poético... Te ha enamorado mi explicación?


-. Muy poético, si...


[...]

(con tu permiso)

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