28.11.11

Vacío...



Es curioso cómo nuestro estado emocional nos puede afectar físicamente.
Que vaya amilanándote de tal manera, que pierdas el apetito por completo y tu cuerpo no consiga entrar en calor.
Que le des tantas vueltas a un pensamiento que acabes con un intenso dolor de cabeza.
Que ese nudo en el estómago te descomponga el cuerpo.
Que intentes dormir siesta (para evitar pensar) y no lo consigas, porque todo tu cuerpo está helado, pese a estar bajo el edredón.
Que intentes dormir por la noche y tampoco pueda ser, porque esta vez tu cuerpo ha decidido sudar a borbotones, para acabar dejándote empapada.
Que subas a la báscula y te des cuenta que has vuelto a bajar de peso, cuando es lo que menos falta te hace.
Tengo más que asumido que soy capaz de fundir calorias a la vez que fundo neuronas con mis pensamientos recurrentes.
Y así está sucediendo.
Estoy muy agotada.
Triste.
Sin fuerzas.

1 comentario:

  1. Debe ser que soy una jande en potencia, pero no muero de amor ni por el Clooney.
    Que hay que pasarlo, queda claro. Pero yo decido cuántas vueltas le permito dar a la manecilla del reloj antes de ponerme en marcha de nuevo. Lo malo a medida que dejas pasar manecillas, es que parece que como el dolor se repite, a la vez se alarga...No te dejes engañar. Besos guapa!
    Heidi.
    ;-P

    ResponderEliminar