6.7.11

Las echo de menos.

Todo el año anhelando unos días de tranquilidad,
para mí, para mis cosas...
Pidiendo a gritos algo de silencio,
de calma,
de no mirar el reloj,
de ausencia de responsabilidades.

Tiempo para mí.

Tiempo para mimar un poco mi yo,
que también tiene sus necesidades.
Y cuando lo tengo...
no sé qué hacer con él.

Las echo de menos.
Me invade la sensación de vacío.
La desazón de no saber qué estarán haciendo en este preciso instante.
Si comen en condiciones.
Si duermen sus horas.
Si son felices estos días.
Si les falta algo.
Si están bien.
Si se acuerdan de la pesada de su madre.

Cuesta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario