1.4.10

.Mis joyas.



Que digo yo... que si me cuentas esto hace escasos meses, probablemente me hubiera reído de semejante tontería salida de tu boca.


Y aquí estoy ahora, en el punto en el que me hubiera tenido que cortar esa risa tonta, y morderme la lengua, porque resultó ser cierto.


Cierto y alucinante...
inesperado...
revitalizante...
embriagador.


¿Qué más da lo que ocurra a partir de ahora? Importa, si... pero lo pasado ya no va a cambiar, y con eso me quedo. Con el buen sabor de boca, con saber que la vida es la hostia a veces. Y al igual que en ocasiones te amarga, también sabe darte muy buenos momentos.


Y son esos momentos los que verdaderamente cuentan. Los que permanecerán en el recuerdo. Por mucho tiempo que pase. Por que son como joyas.
Mis joyas.
Las que no se ven, pero las sientes. Te iluminan por dentro.
Te enriquecen de un modo que el dinero no consigue.


Quiero seguir andando, se que me encontraré más momentos difíciles en mi vida. Pero también habrán más gratas sorpresas. Deben haberlas, y por ello tengo que seguir caminando, mirando al frente, para que no se me escapen.


¿Y ahora qué?...
Dios dirá...
(de creyente poco tengo... con perdón).

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